El dios Huiracocha, después de ordenar el mundo, hizo salir de la cueva de Pacaritambo a cuatro parejas de hermanos: I) Áyar Cachi y Mama Huaco, II) Áyar Uchu y Mama Ipacura, III) Áyar Auca y Mama Rahua, y IV) Áyar Manco y Mama Ocllo.
De Pacaritambo, los hermanos se dirigieron a un cerro llamado Huanacaure. Desde la cumbre de este cerro, Áyar Cachi lanzó algunas piedras con su honda, quebrando con ello a otros cuatro cerros. Temerosos de la fuerza de Áyar Cachi, sus hermanos decidieron librarse de él y regresaron a Pacaritambo con el pretexto de recoger algunos objetos de los que se habían olvidado. Una vez en la cueva, lograron encerrar a Áyar Cachi en su interior. Los demás hermanos volvieron al cerro Huanacaure y luego siguieron rumbo a la quebrada de Matagua, cerca del Cusco.
En esta quebrada, Áyar Uchu voló al cielo para hablar con su padre el Sol y trajo el encargo de cambiar el nombre de Áyar Manco por Manco Cápac. Luego de transmitir este mensaje, se convirtió en un ídolo de piedra. Manco Cápac, Áyar Auca y las cuatro mujeres sembraron coca y ají en un pueblo cercano a Matagua y luego bajaron al Cusco, donde fueron reconocidos como «hijos del Sol». Luego de esto, las tropas de Manco Cápac conquistaron a todos los grupos del valle, lucha en la que su hermana Mama Huaco hizo creer a sus enemigos que se alimentaba de carne humana.
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